Podría escribir versos apostróficos. Pero no.
Por que no hay un tú.
Un tú con el cual podría ir a comer donuts,
un tú que me acompañe en mis antojos de medianoche,
un tú que cuide al cuerpo de los líquidos,
un tú que rompa la carcasa
y deje pasar corriente.
Yo sólo quiero de vuelta mis días reibles al lado de un tú.
Pero parece que no existo (yo).
Y si no hay un Yo,
obviamente no habrá tú. (ni versos apostróficos)
sábado, 7 de agosto de 2010
Himno (el usual)
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